"La Malinche y Hernán Cortés" por Jesús Helguera, oleo sobre lienzo, 1942 |
Nace alrededor del 1500 en Oluta, según se cree, una población cerca de Coatzacoalcos (Veracruz) en el seno de una familia de clase alta mexica. Fue vendida por su madre como esclava y tras unas contiendas entre mayas y mexicas esta terminó al servicio de Tascoob, cacique maya de Tabasco.
Poco después Malinalli fue obsequiada a Cortés, junto a 18 mujeres más, oro y un juego de mantas, como parte del tributo ofrecido por los tabasqueños al ser derrotados por los castellanos en la batalla de Centla (14 de marzo de 1519). Cortés, que no se sintió atraído por ella en u principio, la ofreció como mujer a su capitán Portocarrero. Cuando este partió a España Cortés la retuvo a su lado por su valor como intérprete entre las lenguas maya y náhuatl. Junto a Jerónimo de Aguilar, que conocía el maya, y Malinalli el náhuatl, Cortés pudo comunicarse con los mexicas hasta que Malinalli, que ya para entonces la habían bautizado bajo el nombre cristiano de Marina, aprendió el castellano.
A Malinalli se la ve aquí vistiendo el típico huipilli |
Poco más diré de ella que no se pueda encortar en la red y en numerosas bibliografías sobre el tema. Sin embargo señalaré que su figura es tanto un símbolo de la traición a su raza, una víctima de las circunstancias o la imagen de la madre de la nueva cultura mestiza.
Por mi parte, como hice con muchos personajes polémicos de la conquista, recabé información de diferentes fuentes y analicé en profundidad las circunstancias de Malinalli y el por qué actuó como lo hizo, y la doté de su propia psique desarrollándola a lo largo de la novela, desvelando poco a poco, según mi propio criterio, las motivaciones que la mueven dentro de la trama y brindando, tal vez, una nueva versión de doña Marina. ¡Y no os diré más!
Lo que sí puedo decir por ahora es el proceso creativo para dar imagen a este personaje tan enigmático. Y como siempre haremos un poco de historia iconográfica sobre el aspecto que pudo tener Malinalli.
Como podemos ver en las imágenes del lienzo de Tlaxcala, y en muchas otras ilustraciones, se la ve vestida con el huipilli, la túnica que se llevaba sobre los hombros y caía sobre el cuerpo, casi siempre a la altura de las rodillas, y bajo ésta el cueitl, la falda que envolvía el cuerpo y que se enrollaba en la cintura, de una sola pieza y sin costuras, cuyo largo también variaba según quien lo llevara. Estas son las prendas básicas del vestido femenino. El pelo, en estas representaciones, lo lleva suelto, largo y lacio, aunque hay otras en las que se la ve con el típico peinado náhualt de las mujeres. Y en cuanto a su rostro es sencillo, una idealización estereotipada del artista más que un retrato.
Estas son las referencias visuales, amén de la cantidad de documentación existente en cuanto a cómo vestían las mujeres de esas regiones. Pero una gran referencia para desarrollar el personaje de Malinalli, su parte psíquica, es la lady Macbeth de Akira Kurosawa, la señora Asaji Washizu.
Fotograma del filme "Trono de Sangre" de Akira Kurosawa, 1957 |
En el filme "Trono de Sangre", de 1957, Kurosawa nos presenta este fascinante personaje que actúa casi sin moverse y quien desata toda la tragedia de la historia cual fantasma incorpóreo pero siempre presente, de voz ladina e intrigante, sin exponer sus pasiones profundas pero diciendo las palabras exactas para que los demás hagan su voluntad.
Pues este personaje, hierático, interpretado excelentemente por Isuzi Yamada, es mi más profunda inspiración para mi Malinalli, tanto física como espiritualmente.
***
"La Malinche y Hernán Cortés" by Jesús Helguera, oil on canvas, 1942. |
Shortly
after, Malinalli was presented to Cortés -- along with 18 other women, gold and
a set of blankets -- as part of the tribute offered by the Tabasco people once
defeated by the Castilians at the Battle of Centla (March 14, 1519). Cortés,
who was not attracted to her, offered her to his captain,
Portocarrero. When Portocarrero left for Spain, Cortés kept her at his side
because of her value as an interpreter.
Together with Jerónimo de Aguilar, who understood the Mayan language,
Malinalli’s ability to speak both the Nahuatl and Mayan languages allowed Cortés to
communicate with the Mexicas.
Eventually, Malinalli, baptized with the Christian name of Marina, would
learn Castilian as well.
Malinalli wearing the typical aztec women dress, the huipilli |
I will
gradually reveal a little more about her that cannot be found online or in
numerous bibliographies on the subject.
However, I will point out that her figure embodies many symbols, such as
a traitor to her race, a victim of circumstances, and a maternal image in the
new mestizo culture.
For my
part, as I have done with many controversial characters from the conquest, I
gathered information from different sources and analyzed Malinalli's
circumstances to decipher why she acted the way she did. I endowed her character with her own psyche,
developing it throughout the novel and gradually revealing, according to my own
criteria, her motivations within the plot, offering a new version of Doña
Marina. And I won't tell you more!
What I can
say for now is about the creative process that gave rise to the image of this
enigmatic character. As always, I will
present some iconographic history on the character’s appearance.
As the Lienzo de Tlaxcala reveals, as well as in
other illustrations, she is seen wearing the huipilli, the tunic worn on the
shoulders. This tunic falls over the
body, almost always at knee level. Immediately below it appears the cueitl, a
seamless, one-piece skirt that wrapped the body and rolled up at the
waist. The length varied according to
whom was wearing it. These are the basic
pieces of the feminine dress. The hair, in these representations, is loose,
long and straight, although there are others in which she is seen with the
typical Nahualt hairstyle. As for her face, it is simple, a stereotypical
idealization of the artist rather than a portrait.
These are
the visual references, thanks to the vast amount of documentation that exists
regarding how women in those regions dressed.
But a great reference for developing Malinalli's character and her
psyche is Akira Kurosawa's Lady Macbeth, Lady Asaji Washizu.
Frame from Akira Kurosawa's film "Throne of Blood", 1957. |
In the 1957 film
"Throne of Blood," Kurosawa introduces us to this fascinating
character who acts almost without moving and who unleashes the entire tragedy
of history as a disembodied but always present ghost, with a cunning and
intriguing voice, saying exactly the words that will lead others to do her will
without exposing her deep passions. This
hieratic character, played excellently by Isuzi Yamada, is my deepest
inspiration for mine Malinalli, both physically and spiritually.
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